Todavía no he dedicado ninguna entrada de este foro a temas personales. Siempre reflexiones de política y/o sociedad nacional o adhesiones a campañas que he considerado justas, pero todavía no me había mojado en algo que me afectase íntimamente y tienes que ser la primera.
Siempre has estado ahí y mirando hacia atrás, reconozco que, seguramente no he sido del todo justo contigo. Podría esconderme en un hemos, porque casi nadie valora a los más próximos y no creo que en nuestra familia seamos una excepción, pero no, esta vez me toca sincerarme a mí. El abandono es una palabra muy hueca y que no termina de reflejar del todo la realidad de su significado.
Me doy cuenta ahora, cuando el horizonte se ha oscurecido, en el momento en que la sedación se ha hecho imprescindible y cuando casi ningún médico sonríe al referirse a tu presente y tu futuro (aunque los peores momentos y las mayores dudas pasaron). Es duro verte hinchada por los sueros y los antibióticos. Dicen que puedes escuchar… pero no, eso no me calma.
Te ha llegado el primer envite. El morlaco es de 600 kilos. Un linfoma, la quimio y ahora una neumonía… ¿Ya? No puede ser. Mario tenía que ser mi agradecimiento. Ese nuevo clavo al que agarrarse para seguir adelante y luego vendrá Lucía o César… Todavía estoy acordándome de tu última llamada nocturna para asegurarte del sueño de tu nieto o convencerte de que su cena hubiera sido suficiente o conocer las conclusiones de su última visita al pediatra. A veces, tras algún momento de evasión mental, todavía me sale un momento de “sí, mamá, allí estaremos el domingo… el puré de pollo y verduras estará bien”.
Te seguimos esperando. Lo que se tiene a mano no se valora hasta que te juegas perderlo. Papá, Cromi, Kiki, Isa, Mario, los tios… y por supuesto yo, esperamos tu despertar. Sigue luchando. Haznos ese favor.
Un beso
Jesús
Siempre has estado ahí y mirando hacia atrás, reconozco que, seguramente no he sido del todo justo contigo. Podría esconderme en un hemos, porque casi nadie valora a los más próximos y no creo que en nuestra familia seamos una excepción, pero no, esta vez me toca sincerarme a mí. El abandono es una palabra muy hueca y que no termina de reflejar del todo la realidad de su significado.
Me doy cuenta ahora, cuando el horizonte se ha oscurecido, en el momento en que la sedación se ha hecho imprescindible y cuando casi ningún médico sonríe al referirse a tu presente y tu futuro (aunque los peores momentos y las mayores dudas pasaron). Es duro verte hinchada por los sueros y los antibióticos. Dicen que puedes escuchar… pero no, eso no me calma.
Te ha llegado el primer envite. El morlaco es de 600 kilos. Un linfoma, la quimio y ahora una neumonía… ¿Ya? No puede ser. Mario tenía que ser mi agradecimiento. Ese nuevo clavo al que agarrarse para seguir adelante y luego vendrá Lucía o César… Todavía estoy acordándome de tu última llamada nocturna para asegurarte del sueño de tu nieto o convencerte de que su cena hubiera sido suficiente o conocer las conclusiones de su última visita al pediatra. A veces, tras algún momento de evasión mental, todavía me sale un momento de “sí, mamá, allí estaremos el domingo… el puré de pollo y verduras estará bien”.
Te seguimos esperando. Lo que se tiene a mano no se valora hasta que te juegas perderlo. Papá, Cromi, Kiki, Isa, Mario, los tios… y por supuesto yo, esperamos tu despertar. Sigue luchando. Haznos ese favor.
Un beso
Jesús
Sin palabras Abu... me has dejado sin palabras..... Animo, a ti y a la familia.....
ResponderEliminarUn beso Jesus. Animo. Fuerza.
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros ánimos. Va mejorando, pero pasito a pasito.
ResponderEliminarÁnimo, Chus.
ResponderEliminarLe están retirando la sedación, parece que la recuperación es un hecho. Muchas gracias a todos, de verdad, por vuestro apoyo.
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