Se me había pasado, hoy el día contra la violencia de género. Esta mañana mientras venía en el coche escuchaba el testimonio de una chica de 20 años que pudo escapar, salvar la vida y denunciar.
Ana... decir que tuvo suerte es una broma macabra, pues como ella contaba su relación cuando ambos tenían 13 años y en poco tiempo empezaron los celos, las disputas... pero ahí sólo había una parte que se imponía a base de palizas e insultos
La broma macabra sigue, pues aún hoy sufre la persecución por parte de amigos y familiares del presunto maltratador, por la calle y... en tuenti.
Mi reflexión, va por Ana, que puede seguir viviendo tras siete años de pesadilla (la suerte no es aplicable ni antes ni ahora, repito), pero también para las que no tienen nombre y/o vida (habiendo muerto o no).
Cuando estás en una relación, das bastante y recibes todo, muestras tu intimidad, te vuelves vulnerable para el otro pues tienes que abrirte, y que entre la violencia por esa puerta, en la que no hay puesto fronterizo alguno, es algo inesperado es más que una deslealtad. Para eso no hay defensa.
Nunca más. No sé cómo era la vida de antes, tampoco era aceptable. En la España del siglo XXI tampoco.
Un saludo
Jesús (a.k.a. Abu)
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