martes, 8 de agosto de 2023

Visitando Sad Hill, qué pasada

 
He podido ver "Desenterrando Sad Hill" varias veces. Recuerdo que la primera vez fue en Amazon Prime tras la típica búsqueda de madrugada insomne de fin de semana y aluciné. Lamentablemente el sueño me pudo y la tuve que dejar a medias. Cuando quise recuperarla la habían quitado de su oferta y lo que parecía una historia prometedora se perdió.


Tiempo después la pude ver en Netflix. La historia es alucinante. Unos tipos que recuperan un set de cine en medio de un paraje natural. Un cementerio monstruoso que Sergio Leone y su equipo de producción levantaron para la escena final de "el bueno, el feo y el malo" con la colaboración de unos cuantos soldados y mandos del Ejército. Cuarenta años después del rodaje, el sitio estaba guardado en la película y en los recuerdos de los que participaron en el rodaje y disponible únicamente para aquellos que salían a dar paseos por el lugar. Eso sí, bajo la tierra y las plantas propias de la zona.

La voluntad, las ideas para financiarlo y la participación de voluntarios de los sitios más insospechados (algo recuerdo haber leído en su momento, qué lástima no haber estado allí y formado parte de ello) hicieron lo imposible. Genial la idea de apadrinar tumbas, pero había que colocarlas... creo que más de cinco mil. Es emocionante ver la celebración del 50 aniversario, con la aparición del propio Clint Eastwood y Ennio Morricone aunque fueran grabados para la ocasión por sorpresa para los propios organizadores.


Pero lo mejor es visitar el lugar. No hay palabras. Supera todas las expectativas. Algunas de las cruces se han caído, los nombres se han borrado, los montones de tierra que simulan las tumbas han sido cubiertos por matas de Lavanda (o lo que sea), el círculo de piedra ha vuelto a ser casi sepultado por la hierba, pero el conjunto es brutal. Allí se rodó una de las mejores películas de la historia del cine y está esperando que los cinéfilos se acerquen. 

Basta hacer unos kilómetros y tener un poco de paciencia con las pistas que llevan hasta allí desde Contreras o desde Santo Domingo de Silos. No hay tiendas, ni famosos, ni se paga entrada. Así debe de ser. Es un entorno natural y hay que cuidarlo. Acierta Alex de la Iglesia en el documental: Es traer a la realidad la imaginación. El que quiere se da un paseo, otro imagina a Clint Eastwood, Eli Wallach o Lee van Cleef llegando en búsqueda de la tumba con los 200.000 dólares o esperando a que se resuelva el Triello. Otros se hacen fotos con la soga al cuello... yo personalmente me dediqué a hacer fotos y selfies pensando en volver y con la sensación de no saber cómo aprovechar del todo la ocasión.

Supongo que lo mejor viene después. Con el recuerdo fresco, mascando todo lo vivido, saboreando con calma esos momentos y volviendo a ver el documental o la película original. No estuve cuando gestaron esta locura, pero mi homenaje es visitarlo y poder decir que he estado allí. Eterna gratitud a los miembros y voluntarios que crearon la Asociación Cultural de Sad Hill y esta maravilla. Sé que siguen teniendo iniciativas, me quedé con el cementerio, pero también se pueden visitar otras localizaciones en las que se instalaron el puente de Langstone (genial la anécdota de su doble voladura), la Misión de San Antonio o el campo de prisioneros de Betterville.

Todo esto alrededor de una película y un género (el spaghetti western) que envejecen pero que va más allá de las aventuras más o menos heroicas de unos tipos feos, sin afeitar y con gabardina o poncho, sombreros de todo tipo, sin escrúpulos... desde luego más realistas que los westerns originales (aunque los seguiré viendo y me seguirán gustando). Gracias Sergio Leone y todos los que sacaron adelante esas benditas películas.

En fin, qué pasada. Volveré. Al resto, id a verlo, saborearlo y disfrutarlo, pero repito, respetando entorno y reconstrucción.

Un saludo del Abu




Pd. dejo todas las fotos del sitio que hice además de las que he añadido al post por si alguien tiene curiosidad