miércoles, 30 de diciembre de 2009

Jueces y sentencias


Hace unos días que un juez dictó sentencia sobre el famoso caso de la revelación en la página web de la Cadena Ser de la lista de afiliados sospechosos de irregularidad en el PP de Villaviciosa de Odón. Por ahí anda el Juez Serrano y sus disquisiciones acerca de la ley de la violencia de género y sus abusos.

Entiendo que la justicia tiene su terminología o su jerga, No estoy muy acostumbrado a leer sentencias, pero cuando me da por leer una me asusto. Doy por supuesto que el rigor debe estar bien presente en las sentencias y en las actuaciones judiciales. Ver elucubraciones sobre las denominaciones de los puestos y los sueldos que deben cobrar Daniel Anido y Rodolfo Irago para sostener la multa a pagar... me parece alucinante.

Me temo que algunos jueces necesitan, como les pasa a algunos futbolistas (si ya sé que aquí no hablo de futbol) un balón más, aparte del oficial, ése con el que se juega el partido. Volviendo a la realidad, no les vale con el mundo actual, necesitan su mundo propio. Y eso es lo que me preocupa.

Me imagino delante de una ola de cinco metros con la mano en alto gritándole que no puede formar un tsunami. Internet no es un medio de comunicación para este juez... Me pregunto si gente así entiende el progreso. Información incontrolada e irresponsable hay en los medios "verdaderos". Tal vez haya que quemar los ordenadores y los servidores... o cambiar la Constitución que deja abierta la libertad de expresión en cuanto al medio elegido.

Me viene a la mente el iluminado de la ética, el juez Ferrín Calamita, que denegaba derechos en contra de la propia ley... por sus convicciones personales.

La justicia tiene un difícil papel, sí. La interpretación de las leyes es difícil en muchos casos, no todo está escrito. Pero ciertamente, es peligroso que los jueces se constituyan en una casta aparte, intocables y capaces de aplicar, por encima de la ley, pero sobre todo de la sociedad, sus criterios.

Menos mal que hay tribunales superiores, que de momento ajustan estás peligrosas anécdotas (no siempre es así).

Un saludo

Jesús (a.k.a. Abu)


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