martes, 26 de enero de 2010

El parque de mi barrio tiene nombre de asesino


Tal y como anuncia en su blog http://www.noeliamartinez.es/ la concejala Noelia Martínez (que tengo el privilegio de conocer) presentará una iniciativa en el pleno del Ayuntamiento de Madrid, tan simple como que dé oficialidad al nombre popular de un lugar.
Se trata del centro del barrio de Aluche, la sede de las fiestas, el lugar predilecto de muchos paseos o de rondas de tapas o simplemente para ver algo de vegetación entre tanto cemento.
Pero este lugar, huérfano hasta ya veremos cuando, de su famosa concha no se llama tal y como lo conoce la gente. A día de hoy, su nombre oficial homenajea a un represor (en varios cargos políticos) del franquismo, que ya no quiero ni nombrar.
Me sumo a la iniciativa de Noelia, de corazón. Ya es hora de dejar de homenajear a quien no se lo merece y poner el nombre popular, el que quiere la gente en su sitio.
Ah, para el que esté interesado, Noelia tiene a disposición de todos, banners al respecto.
Un abrazo
Jesús

Rebienvuelta a casa, mamá



Un día 25 (el de noviembre, para ser más específicos) mi madre cogió un coche (junto a mi padre), camino de la clínica en la que la estaban tratando de su linfoma. Apenas podía respirar ni hablar y la noche había sido de traca. Por si las moscas y como coincidían según que síntomas llegaron a activar el protocolo de la gripe A, aunque al día siguiente ya sabíamos que ése no era el problema. Los análisis lo dejaron claro.

Neumonía. El sábado se la llevaron a la UCI. Pensábamos que para tenerla más controlada, pero no… empeoraba por momentos y necesitaba mucha respiración asistida. Llegó a necesitar un 80% de oxígeno, cuando una persona en perfecto estado sólo necesita el 20%. Le costaba respirar y estaba sola, sedarla era casi una obligación para los médicos. El tratamiento constaba de antibióticos de amplio espectro. Todavía estoy convencido de que si una de esas bolsas desparramaba su líquido amarillo hubiera hecho un boquete en el suelo.

Muchas medias horas, de 13:00 a 13:30 y de 18:00 a 18:30, con su antelación reglamentaria pasamos allí. Un día hinchada, otro día de lado… una traqueotomía… Cada médico se quedaba con una cosa, no sé si tanto como lo del vaso medio lleno o medio vacío, en más de una ocasión, las diferencias eran tales… Pero el responsable, el Dr. Pujol, siempre nos contaba el tema con jovialidad y lo bueno y lo malo. Poco a poco se recuperaba.

Lo malo era el ritmo. Evolucionaba favorablemente pero muy despacio. Un día el Dr.Pujol apostó por los corticoides. “Si no sale, intentaremos una biopsia pulmonar”. Y reaccionó. Antes de Nochebuena le quitaron la sedación y en Nochevieja ya nos miraba y respondía con gestos. Le quitaron la respiración asistida y luego paso a planta. El viernes pasado volvió a casa y ahora lucha por volver a andar y a tener una vida normal.

Ahora podemos decir, que la vida sigue. ¡Ah! El linfoma no ha crecido en este parón.

Muchas gracias por volver, mamá.

Muchas gracias a todos los que nos habéis apoyado yendo a la clínica, llamando o escribiendo.

Un abrazo

Jesús (a.k.a. Abu)

martes, 12 de enero de 2010

35 años y un día


Cuenta mi madre que aquel 12 de enero fue domingo y encima tuve que nacer a las 3 de la tarde. Teniendo en cuenta que me acerqué a los 60 centímetros y que pesaba 4 kilos, los que intervinieron en aquello se ganaron la siesta, por tarde que llegara. Como podéis ver en la foto, casi no cabía en el Moisés...
Dicen que los nacidos en domingo tenemos algo especial, no sé si es suerte, un aura o lo que sea. Mi experiencia me dice que no me puedo quejar, pero tampoco nos pasemos. Creo que he conseguido muchas cosas de las que quería, pero tengo la sensación de que casi todo ha sido a la segunda a la tercera. No me considero ningún desgraciado, pero para ese "casi todo" ha requerido siempre algo más de esfuerzo.
¿Lo malo de llegar a esta edad? Pues que tengo la sensación de que el tiempo pasa muy rápido y que empiezo a tener muchos recuerdos de hace 20 años o más y no recuerdos sobre el primer partido o el primer juguete, si no ya de juventud. Por cierto, los eventos de más mayor, como el fin de la carrera o la mili... ufff, se acercan peligrosamente.
¿Qué me queda de todo este tiempo? Además de la familia que ya tenía (no los cambio por nada), la mujer con la que tengo la intención de pasar el resto de mis días (no te aprecio lo suficiente Isa), Mario y Lucía (seguro que me van a dar un montón de alegrías) y el montón de amigos y conocidos que he hecho en estos años.
Tal vez esto es lo que más he valorado en mi vida. Aquellas personas, grupos o empresas por las que he pasado y se han abierto a mi llegada sin imponer condición alguna. A todos ellos mi agradecimiento por ello y por su paciencia ante mi distancia actual. La empresa privada y la paternidad hacen que no tenga tiempo casi ni para mí mismo.
En fin, a por los siguientes treinta y cinco...
Un abrazo
Jesús (a.k.a. Abu)