lunes, 26 de abril de 2010

El factor humano (John Carlin)


Hay varios temas históricos que me llaman la atención. Y uno de ellos siempre ha sido Sudáfrica. Era muy pequeño cuando veía en los telediarios aquellas grandes manifestaciones y las salvajes actuaciones represivas de ejército y policía.

La preocupación de mi padre porque estudiásemos inglés hizo que contratase a una profesora que nos daba dos horas de clase particular a mi hermana y a mí. Daphne nos enseñó el idioma y nos hablaba de su país, ella era sudafricana. Ella vivía en España hacía muchos años y no entendía como Mandela podía ser tratado como un martir. Había sido condenado por poner bombas, me contaba...

Apartheid, Mandela, Biko, CNA, Afrikaans, Afrikaner, Botha, Kruger, Inkatha, Bantu, Soweto, de Klerk... empecé a leer libros y ver películas sobre el tema y seguí las noticias que venían de Sudáfrica. El Apartheid se desmontó y ganaron el mundial de rugby y la cosa cambió.

La película invictus (por cierto, todavía no la he podido ver) se había basado en la novela de John Carlin (el tipo ese que escribe en el País, sobre casi todo y siempre bien), así que por otra vez (no siempre lo he cumplido) tenía que leer el libro antes que ver la película.

Encontré la explicación a lo sucedido. Antes de eludir la pena de muerte y entrar a cumplir su cadena perpetua Mandela se dejó llevar por la solución armada. Sería fácil decir que no tuvo más remedio. Si seguimos por la ruta fácil para comprenderlo, sería "aceptable" entender que esos sentimientos se hubieran agravado tras 30 años de penurias, trabajos forzados, malas comidas, condiciones de vida inhumana... pero no.

Y no sólo luchó contra sus convicciones personales, contra la búsqueda propia de la revancha, sino la de todos los suyos. Es un gran ejemplo, que paso a paso, buscó el entendimiento y la construcción de una nación. Y lo hizo en poco tiempo. Fue puesto en libertad en el año 1990 y en 1995 todo el país, con él de presidente, celebraba con su nueva bandera la victoria en el mundial de rugby, el deporte de los Afrikaners...

Convenció a los suyos, convenció al gobierno y convenció a los activistas Afrikaners. Llegó a aprender su lengua... El libro trata de explicarlo, pero no puedo ni imaginarme la cara de todos los altos cargos y activistas cuando el representante del mal que tanto persiguieron les hablaba en su propio idioma y les sonreía como si les conociese de toda la vida.

En fin, todo un manual de talento personal y político, de visión de estado y de capacidad de sacrifício, para hacer olvidar los prejuicios y para evitar la sangre. Una gran historia y un gran libro. Espero que la película esté a la altura.

Un saludo

Jesús (a.k.a. Abu)

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