Son tiempos difíciles para el PSOE. La labor de gobierno está desgastando muy rápidamente a los actuales dirigentes y se hace necesario un discurso nuevo y una alternativa a la crisis. Por eso se me hace muy duro escribir sobre la organización de un simple mitin. Obviando el asunto del caos que se produjo, de haber entrado y encontrado un sitio decente, tampoco me hubiera gustado comentar el uso del jazz y las entrevistas del nuevo formato. El PSOE debe estar a la altura y se le exige dar respuestas ya o no le quedará más remedio que dejar paso a la derecha por agotamiento.
Por eso quería ir… quería valorar y juzgar de primera mano los nuevos planteamientos, aunque me temía que no iba a haber nada nuevo. Pero no, se anunció la aprobación de la Ley de Sostenibilidad y se esbozaron nuevas medidas de apoyo a las empresas. ¿Será suficiente? Más allá del miedo a lo que pueda perpetrar la derecha si llega (como Dios manda según Pizarro o tras la cacerolada de González Pons, jopé lo que nos viene) este país lo necesita. Los cuatro millones de parados están extenuados y nos están extenuando.
Ya he escrito alguna vez sobre lo errático de los tiempos en las medidas del gobierno. El Gobierno ha parecido sobrepasado en muchos momentos, más dedicado a tapar agujeros y a anestesiar a la opinión pública, con conejos de la chistera momentáneos. Pero sigo pensando que las medidas son correctas y que, con más tranquilidad, podía haberse dado sensación de tener un plan.
Tuvimos tiempo de comentar, que lo que para unos es una muestra de agarrotamiento, Zapatero se está agarrando a un valor que le puede dar rédito entre el voto de izquierda más militante. Felipe González acabó buscando apoyos en los nacionalistas y en los empresarios, pero Zapatero, sin desdeñar a los nacionalistas ha elegido dar jabón a los sindicatos. El discurso lo comparto, ésta no es la crisis por exceso en los salarios. No se puede sacrificar a los trabajadores.
Pero vuelvo al acto. Creo que en los últimos 15 días he recibido una invitación por correo ordinario, cinco o seis mensajes de correo electrónico, una llamada a mi móvil con una grabación de Leire Pajín, dos o tres sms y no cuento los mensajes desde mi agrupación para preparar el bus que se pone en estos casos. Todo para llenar, para arropar a los ministros, a la ejecutiva federal, a Felipe González y a ZP en el acto de las nuevas energías.
El PSOE, supongo que como cualquier gran partido, muestra pánico a la perspectiva de asientos vacíos. Las convocatorias para estos actos van seguidas de fuertes llamamientos publicitarios y medios a disposición de las agrupaciones locales, que hacen un gran esfuerzo por cubrir los actos.
Y llegas y te encuentras semejante imprevisión. No se utilizó el otras veces utilizado Auditorium B, también llamado sótano, o el Auditorio A con doble grada. Se utilizó el espacio superior, mucho más pequeño y recogido, justo encima y que suele ocuparse con pequeñas ferias como la del empleo del ABC, hace años.
Frio, una hora de cola, al final nos dejan entrar a una galería en la que no hay asientos ni se ve el escenario principal y luego al final ni siquiera había acústica y no se escuchaba a los presentadores, los altos cargos… ni siquiera la prensa tenía visibilidad ni sonido. Creo que encima, 1000 personas se quedaron fuera. El acto pude seguirlo por twitter y lo que he leído en prensa, pues me negué a permanecer en el sitio que me dieron. Será difícil que algunos de los que se quedaron fuera se planteen volver a algún acto en el futuro.
Me lo tengo que tomar con sentido del humor. El mitin se transformó en un rato de cañas en el durante y en una comida con un monumental marmitaco (lo pondremos con “c” para no soliviantar a los ortodoxos de este guiso) con los compañeros, para olvidar el mal trago.
En fin, seguiremos trabajando en la base, pero vaya diita.
Por eso quería ir… quería valorar y juzgar de primera mano los nuevos planteamientos, aunque me temía que no iba a haber nada nuevo. Pero no, se anunció la aprobación de la Ley de Sostenibilidad y se esbozaron nuevas medidas de apoyo a las empresas. ¿Será suficiente? Más allá del miedo a lo que pueda perpetrar la derecha si llega (como Dios manda según Pizarro o tras la cacerolada de González Pons, jopé lo que nos viene) este país lo necesita. Los cuatro millones de parados están extenuados y nos están extenuando.
Ya he escrito alguna vez sobre lo errático de los tiempos en las medidas del gobierno. El Gobierno ha parecido sobrepasado en muchos momentos, más dedicado a tapar agujeros y a anestesiar a la opinión pública, con conejos de la chistera momentáneos. Pero sigo pensando que las medidas son correctas y que, con más tranquilidad, podía haberse dado sensación de tener un plan.
Tuvimos tiempo de comentar, que lo que para unos es una muestra de agarrotamiento, Zapatero se está agarrando a un valor que le puede dar rédito entre el voto de izquierda más militante. Felipe González acabó buscando apoyos en los nacionalistas y en los empresarios, pero Zapatero, sin desdeñar a los nacionalistas ha elegido dar jabón a los sindicatos. El discurso lo comparto, ésta no es la crisis por exceso en los salarios. No se puede sacrificar a los trabajadores.
Pero vuelvo al acto. Creo que en los últimos 15 días he recibido una invitación por correo ordinario, cinco o seis mensajes de correo electrónico, una llamada a mi móvil con una grabación de Leire Pajín, dos o tres sms y no cuento los mensajes desde mi agrupación para preparar el bus que se pone en estos casos. Todo para llenar, para arropar a los ministros, a la ejecutiva federal, a Felipe González y a ZP en el acto de las nuevas energías.
El PSOE, supongo que como cualquier gran partido, muestra pánico a la perspectiva de asientos vacíos. Las convocatorias para estos actos van seguidas de fuertes llamamientos publicitarios y medios a disposición de las agrupaciones locales, que hacen un gran esfuerzo por cubrir los actos.
Y llegas y te encuentras semejante imprevisión. No se utilizó el otras veces utilizado Auditorium B, también llamado sótano, o el Auditorio A con doble grada. Se utilizó el espacio superior, mucho más pequeño y recogido, justo encima y que suele ocuparse con pequeñas ferias como la del empleo del ABC, hace años.
Frio, una hora de cola, al final nos dejan entrar a una galería en la que no hay asientos ni se ve el escenario principal y luego al final ni siquiera había acústica y no se escuchaba a los presentadores, los altos cargos… ni siquiera la prensa tenía visibilidad ni sonido. Creo que encima, 1000 personas se quedaron fuera. El acto pude seguirlo por twitter y lo que he leído en prensa, pues me negué a permanecer en el sitio que me dieron. Será difícil que algunos de los que se quedaron fuera se planteen volver a algún acto en el futuro.
Me lo tengo que tomar con sentido del humor. El mitin se transformó en un rato de cañas en el durante y en una comida con un monumental marmitaco (lo pondremos con “c” para no soliviantar a los ortodoxos de este guiso) con los compañeros, para olvidar el mal trago.
En fin, seguiremos trabajando en la base, pero vaya diita.
Un saludo
Jesús (a.k.a. Abu)
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