Llevo dándole vueltas a este tema desde las geniales declaraciones de Martínez Camino mentando la excomunión “a todo aquel que los políticos que apoyen, voten o promuevan la ley pues estarán en pecado mortal público”.
El resultado ha sido un consenso algo sorprendente entre todos los partidos políticos al respecto. Digo algo, porque no esperaba tantas declaraciones particulares o que partidos de clara filiación católica como PP o PNV critiquen en bloque a la Iglesia por ello. Pero no lo es tanto, si pensamos que es más que una injerencia en la política, es un intento de amedrentar a los representantes electos de los ciudadanos para que no voten a favor de un proyecto político de alto interés y transcendencia social. El asunto es bastante grave.
En primer lugar, tengo muy claro, esté de acuerdo con sus postulados o no, que la Iglesia, puede o no, por su evidente peso en la sociedad intervenir en la vida pública en aquello que estime oportuno. Como toda religión, tiene unos principios y una jerarquía moral y está en su derecho de defenderlos y criticar aquello que no considere aceptable. Es una obviedad, pero antes de criticar, prefiero dejar claro mi respeto.
Pero, lamentablemente, los postulados de la Iglesia, cada día me parecen más arcaicos y más alejados de la realidad de este país y me temo que del mundo. Encabezan casi todas las tesis más conservadoras de la política, especialmente en los temas sociales y apenas muestran actividad en temas de en las que es obvia actuación pública, más allá de prestar innegables ayudas por parte de sus organizaciones de caridad. Pocas declaraciones públicas por la crisis, la corrupción (a pesar de algunas apariciones de sus cargos, como en el caso Gescartera) la pérdida de empleo… a pesar de la indiscutible aportación de la Iglesia en su doctrina social.
Las declaraciones de Martínez Camino son una muestra más de este alejamiento. Sospecho que nunca se llevarán a término, es más, ya se están matizando. El paso siguiente sería volver a montar la Inquisición y hacer excomuniones en masa. Los Obispados desoyen las (reconozcámoslo) pocas peticiones de apostasía para no descender sus censos de Católicos, pensar que van a proceder a eliminaciones de motu propio, es disparatado. Bastaría el caso de algún parlamentario para montar un escándalo monumental.
Ya dije lo que pensaba de la última manifestación. Respetable su opinión, pero demasiadas preguntas obviadas e ignoradas, como si no fuera su problema y las situaciones deben ser valoradas en su conjunto. No vale responder a medias o con amenazas. Estamos en el siglo XXI y conviene recordar la separación entre Iglesia y Estado, además de recordar que la Iglesia debe acercarse a la sociedad y no al revés.
Por cierto, escribo desde el respeto. Mi blog no creo que sea ni mucho menos ampliamente leído, pero me temo que si va más allá de mis colegas, alguien me dirá que quién soy para hablar de la Iglesia. La Iglesia debe asumir que si es titular de posición en la vida pública y de criticar, es susceptible de ser criticada en sus actuaciones y no siempre es así… me temo que casi nunca.
El resultado ha sido un consenso algo sorprendente entre todos los partidos políticos al respecto. Digo algo, porque no esperaba tantas declaraciones particulares o que partidos de clara filiación católica como PP o PNV critiquen en bloque a la Iglesia por ello. Pero no lo es tanto, si pensamos que es más que una injerencia en la política, es un intento de amedrentar a los representantes electos de los ciudadanos para que no voten a favor de un proyecto político de alto interés y transcendencia social. El asunto es bastante grave.
En primer lugar, tengo muy claro, esté de acuerdo con sus postulados o no, que la Iglesia, puede o no, por su evidente peso en la sociedad intervenir en la vida pública en aquello que estime oportuno. Como toda religión, tiene unos principios y una jerarquía moral y está en su derecho de defenderlos y criticar aquello que no considere aceptable. Es una obviedad, pero antes de criticar, prefiero dejar claro mi respeto.
Pero, lamentablemente, los postulados de la Iglesia, cada día me parecen más arcaicos y más alejados de la realidad de este país y me temo que del mundo. Encabezan casi todas las tesis más conservadoras de la política, especialmente en los temas sociales y apenas muestran actividad en temas de en las que es obvia actuación pública, más allá de prestar innegables ayudas por parte de sus organizaciones de caridad. Pocas declaraciones públicas por la crisis, la corrupción (a pesar de algunas apariciones de sus cargos, como en el caso Gescartera) la pérdida de empleo… a pesar de la indiscutible aportación de la Iglesia en su doctrina social.
Las declaraciones de Martínez Camino son una muestra más de este alejamiento. Sospecho que nunca se llevarán a término, es más, ya se están matizando. El paso siguiente sería volver a montar la Inquisición y hacer excomuniones en masa. Los Obispados desoyen las (reconozcámoslo) pocas peticiones de apostasía para no descender sus censos de Católicos, pensar que van a proceder a eliminaciones de motu propio, es disparatado. Bastaría el caso de algún parlamentario para montar un escándalo monumental.
Ya dije lo que pensaba de la última manifestación. Respetable su opinión, pero demasiadas preguntas obviadas e ignoradas, como si no fuera su problema y las situaciones deben ser valoradas en su conjunto. No vale responder a medias o con amenazas. Estamos en el siglo XXI y conviene recordar la separación entre Iglesia y Estado, además de recordar que la Iglesia debe acercarse a la sociedad y no al revés.
Por cierto, escribo desde el respeto. Mi blog no creo que sea ni mucho menos ampliamente leído, pero me temo que si va más allá de mis colegas, alguien me dirá que quién soy para hablar de la Iglesia. La Iglesia debe asumir que si es titular de posición en la vida pública y de criticar, es susceptible de ser criticada en sus actuaciones y no siempre es así… me temo que casi nunca.
Un saludo
Jesús (A.k.a. Abu)
No sé, Abu. Haré como tú y empezaré diciendo que a mí lo que digan representantes de la Iglesia me la trae al fresco.
ResponderEliminarDicho esto, por el mismo motivo no entiendo por qué se empeña gente que es tan ajena como yo a dicha organización en darle la importancia que ellos desean tener. Les estamos haciendo un favor.
Respecto a que sus mandatarios no efectúan declaraciones sobre ciertos temas sociales importantes creo que estás equivocado, por ejemplo me consta que han vertido muchísimas opiniones al respecto de la crisis y el paro, abogando por una política social y de defensa de los derechos de los trabajadores. Lo que pasa es que al no ser estas declaraciones polémicas pues ni dios (ejem) les da importancia, y los periódicos no les brindan titulares.
No se trata de negarles importancia. Si he dicho que me la traen al fresco lo que digan es un error por mi parte, son un agente importante en nuestra sociedad y le presto su debida atención.
ResponderEliminarQue les faltan titulares cuando hacen esas menciones, jopé pues alguno habrá, ¿no será que ellos mismos lo hacen más de tapadillo? Y sobre todo, por qué cuando hay otras concentraciones sociales por temas importantes y no precisamente partidistas ¿por qué no se suman?
A lo mejor me equivoco... Eso sí, mantengo que es inaceptable su actitud amenazante ante cualquier cambio político que no les guste.