La verdad es que lamento lo que pasó el otro día en Valencia. En primer lugar porque, sobre todo, era un espectáculo deportivo. El interés estaba en la contienda entre dos equipos, cada uno con sus argumentos y sus tácticas y en el ambiente puesto por las aficiones.
Venga, es un acto público. Aprovechando el momento y la libertad de expresión, metemos una protesta. No seré yo el que niegue los hechos del pasado, pero la queja del estado ocupador y opresor ya no vale, los tiempos cambian.
Un acto de protesta válido podría ser una pancarta, el silencio y la espalda de esos miles de personas. Lo demás es confundir la libertad de expresión. Lo que montaron unos cuantos irresponsables y siguieron muchos, en innegable camino borreguil, es una muestra de cómo aplicar el derecho al rebuzno.
¿Y qué? ¿Hay que dar importancia a los que no tienen más argumentos que el rebuzno y el pitido en su intolerancia y su falta de respeto? Pues no, lo lamentamos y ya está, pero hay que seguir en ello.
Por un lado TVE censurando el hecho. Espero explicaciones bien tranquilo y no me valen destituciones tan altisonantes como inútiles.
Luego los incendiarios y reaccionarios de turno rasgándose las vestiduras, volviendo a advertir sobre la ruptura del estado, esta vez mezclándolo con peticiones de expulsión de los equipos implicados por la falta de respeto a las autoridades...
Probablemente muchos de ellos ven con una sonrisa y lo justifican como la muestra de una rivalidad deportiva, esos mismos momentos cuando la hinchada nacional pita y reprueba el himno nacional de otro país en un encuentro internacional.
Nos queda mucho por aprender en esto del respeto y la tolerancia a todos. Y no lo digo por el símbolo, sea la bandera, el himno o el buzón de correos.
Un saludo
Jesús (a.k.a. Abu)
viernes, 15 de mayo de 2009
Sobre ciertas pitadas
Etiquetas:
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libertad de expresión,
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