viernes, 12 de junio de 2009

La mala praxis de Lamela y lo que ocultaba

Ayer dejé grabando el documental que ofreció cuatro sobre el caso del Severo Ochoa. Montes perdió su cargo por una denuncia falsa (y curiosamente anónima), se vió en medio de la opinión pública por intereses políticos de baja estofa que sólo buscaban domesticar un hospital, un cuadro médico y una filosofía de la sanidad pública altamente rojos. Una limpieza étnica en toda regla ejecutada por el Consejero Lamela, que lejos de ser riguroso se encomendó a la famosa mala praxis, a pregonar los 400 asesinatos a cada paso que daba y hoy huye de toda comparecencia pública. Pero más allá, Lamela y el gobierno que preside Esperanza Aguirre trató de golpear a la sanidad pública, intentó destruir el enfoque las unidades de cuidados paliativos y trató de matar el debate sobre la eutanasia y el derecho a la muerte digna.

No espero grandes novedades en el documental. El libro “El caso Leganés” creo que recoge todos los hechos (excepto la versión del funesto exconsejero de sanidad, que ya sé que tampoco ha hablado para cuatro, ni para otro medio) y el calvario que recogió el doctor Montes. Tampoco las espero de este proceso que empieza. Tal vez se disipe la niebla que rodea a la sanidad de Esperanza Aguirre y el PP madrileño con todo esto, repito tal vez…

Ignoro cuál ha sido el contenido de la declaración de Lamela. No le valdrá decir que no conocía, que no tenía formación, que le movió el aclarar la escalofriante posibilidad de tanta muerte indebida. Ese argumento se cae por su propio peso, pues Lamela tenía que saber que ya había precedentes de investigaciones en el mismo Severo Ochoa. Nadie le pide al consejero (es un cargo político y no técnico, lo mismo le pasaría a un concejal, un ministro, un secretario de estado…) que conozca cada pormenor de cada actuación médica, pero asesores tenía para ello. Además su viceconsejero (también cargo político) se lo recordó por escrito… Por último, dio absoluta credibilidad a un chivatazo a escondidas, es decir a un escrito anónimo, cuya intención era más hacer daño que realmente abrir una investigación seria. No creo que base su defensa en la necesidad que tiene el estado de derecho de dar crédito a los chivatazos anónimos…

El gran argumento es “ante la posibilidad de 400 muertes todo vale”. Provocamos un terremoto, no dejamos ni los cascotes y si nos hemos equivocado, bueno… había que investigar… Pero el fracaso es muy huérfano o no tanto. El consejero en embarcó en la cruzada personalmente y movió a todos los resortes del régimen como la COPE y el MUNDO… que no se sientan en el banquillo y más de uno de esos grandes comunicadores todavía se aferran a la mala praxis, porque aseguran que no se puede demostrar, pero que la hubo…

Algo parecido dice Esperanza Aguirre, quien llegó a hablar de pedir perdón si se equivocaba, pero que pasado el tiempo se olvidó y recuerdo vagamente alguna comparecencia en la que echó balones fuera para negarse a ello. Tampoco se sienta ni comparece. Por no hablar del actual consejero de sanidad, que no es responsable de aquello, pero que fuera de atacar como buen doberman (sí, critican los anuncios, pero como tal se comportan) a todo aquel que levanta una crítica, poco mensaje o poca labor deja traslucir. Me refiero al yernísimo: Juan José Güemes… Su suegro, el chico aguerrido de Castellón (Felipe González dixit).

Tuve dos ocasiones para escuchar a Montes. Una vez se acercó a la agrupación de Latina. Lamentablemente no pude asistir. Pero un domingo vino a presentar su libro en la Urbanización Rosa Luxemburgo de Aravaca. Realmente fue muy formativo. Nos habló de lo sucedido, pero quiso orientar la charla a los cuidados paliativos, a su labor desde su paso por el Hospital de la Paz hasta la creación del Severo Ochoa y su visión de la sanidad pública. Nos explicó cómo puede funcionar el modelo, los errores que se han cometido y las soluciones que deben aplicarse en el futuro y sobre todo lo que puede traer los nuevos modelos de gestión privada y sus peligros, el principal, la liquidación del modelo sanitario universal. Eso que hoy está en solfa en la Comunidad de Madrid.

Luego se habló sobre el manifiesto de Santander, testamento vital y sobre la necesidad de abrir un debate en nuestra sociedad sobre la eutanasia. Fue crítico con Leire Pajín, quien cerró la puerta que había abierto Bernat Soria para debatir sobre la eutanasia. Leire Pajín entendió que la sociedad no estaba preparada para ese debate. No recuerdo esas declaraciones, pero ciertamente el debate no se ha producido.

¿Mi punto de vista personal? Ha quedado claro lo que pienso del caso Montes. La lección es clara. Debemos mantener el sistema sanitario universal y debemos mantener su titularidad y su gestión pública. Durante años los más reaccionarios nos han vendido que la sanidad era un completo despilfarro y un ejemplo de mala gestión, y podemos estar de acuerdo, pero los modelos actuales no son baratos. No garantizan buenas prestaciones ni grandes ahorros a las cuentas públicas, mucho se gasta en esas adjudicaciones…

Mi deseo es una larga y pública investigación de la mala praxis política del gobierno del PP en Madrid y una nueva amonestación para aquellos que la llevaron a término, que sea verbal, institucional o penal, no me preocupa, las tripas me piden mucho, pero la cabeza me dice que no soy yo quien juzga y sobre todo quien calibra y ajusta el castigo. Repito, el mayor castigo es dejar claro y meridiano todo aquello que esta gente quería ocultar.

Un saludo

Jesús (a.k.a. Abu)

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