miércoles, 30 de diciembre de 2015

Pasaron las elecciones, el PSOE...


Jo, más de un año sin escribir aquí y no es por falta de temas ni de ganas. Veamos, ahora cómo lo afronto.

Ciertamente los resultados, empezando por el final, no han sido buenos. Recuerdo que en el fragor del escrutinio, en mi querido Ermita del Santo, con los buenos amigos rumanos que vinieron a ayudarme y acompañarme (gracias eternas a Mihai, Adrian, Monica y Marius), hubiera firmado incluso algún diputado menos, pero eso no quita hierro al asunto. 

El PSOE con esos 89 diputados difícilmente puede aspirar a gobernar, a no ser que se entregue a un juego de alianzas y concesiones que seguramente nos parecerán demasiadas si es que llegan. El 22% no nos engañemos sabe a poco en términos absolutos y sobre todo viendo la historia. Me temo que no hay región que se salve, por mucho peso, que hayan cogido las regiones del sur, Andalucía, Extremadura y Castilla-la Mancha. 

El mensaje no llega. Creo que una parte es por estrategia electoral, los debates han ido mostrando a Pedro de difuso y añorante de épocas pasadas, a más concreción y más efectividad al expresarse (lo del indecente y el ruiz es una excusa de mal perdedor, sr.Rajoy). Y los actos de campaña han llevado esa misma tónica. 

Si el mensaje debe ser más claro y las propuestas más rotundas y mejor explicadas, las referencias a nuestra historia no deben tener un papel central. Nadie las discute, por mucho que se ninguneen. Nadie en el electorado que puede sernos medianamente afín se cree que la pueden tapar los recortes del final de Zapatero o los escándalos de corrupción. 

Es obvio que el desgaste de la marca PSOE que hemos sufrido lleva a una pérdida de credibilidad que todavía no hemos podido reponer. La gente, no nos quiere escuchar. He vivido muy de cerca como personas que podrían ser afines, ni siquiera conocen a nuestros candidatos y se escudan en "sois los de siempre con lo de siempre".

Y la aparición de nuevos discursos ahondan más esta herida. Discursos, a mi modesto entender, tan vacíos o más que el nuestro, pero con gente nueva, con aparentes ideas nuevas y sobre todo, con mucha capacidad de crítica y espíritu renovador, repito, por lo menos en apariencia.

Añadamos la curiosa entente cordial que se ha dado entre el resto de los partidos y muchos medios, queriendo echar al PSOE de la escena política, ninguneando a su electorado y dando por seguros resultados electorales más bajos. Es obvio, que al PP le dejan la derecha, a Ciudadanos el centro y las posiciones moderadas alrededor y Podemos se queda con la izquierda más o menos radical. El PSOE ciertamente sobra en este escenario.

¿Pedro Sánchez es culpable de todo esto? Desde el verano de 2014 está al frente y no puede eludir responsabilidades. Ha cambiado cosas, ha renovado el discurso y ha cometido errores. ¿Tiene que dimitir?

Creo que eso sirve de poco. Volvemos a la eterna carrera en la que está este partido desde que Felipe González lo dejó. La búsqueda del mirlo blanco. Eso que nunca va a llegar y que no existe. Y pruebas hay muchas, pero la realidad es que Zapatero o Rajoy o Aznar demuestran que, con tiempo y dejándoles trabajar, pueden recuperarse espacios y generar ilusiones. Repito, con tiempo. No creo que algo menos de año y medio sean suficientes.

Debemos mirar hacia adelante. La intervención de Pedro Sánchez tras reunirse con Rajoy fue, si no brillante, una buena forma de dejar claro que hay política y un rumbo posibles. Asumiendo el riesgo de unas nuevas elecciones (no nos engañemos), el PSOE cierra la vía del pacto de investidura y de la gran coalición. Hay que ser honestos, no hay puntos de conexión con Rajoy o con el PP (es irrelevante pensar que cambios de cabeza signifiquen cambios significativos de política). Cuestiones de estado con un gobierno constituído, todos los que hagan falta.

¿Pactos con otros? También lo firmo al 100%. O yo no he escuchado todas las consideraciones o Pedro Sánchez esconde algo. De sus declaraciones, nadie puede extraer que va a venderse a Podemos. Es más, les acusó de establecer demasiadas líneas rojas, sobre todo con la cuestión del famoso referendum catalán. Aparte de eso, dejar la iniciativa a la fuerza más votada y luego ya veremos qué se puede hacer. Está bastante difícil, repito, pero lo dicho es razonable y positivo. No hay lugar a engaño.

Por último el ombligo. Es una locura, sin certeza de que se pueda llegar a algún acuerdo de investidura, plantearse que se tenga que hacer el congreso federal ordinario. Sólo puedo entenderlo desde el punto de vista de querer descabalgar al actual secretario general. No veo otra necesidad ni nada que podamos ganar, ni siquiera la apariencia de unidad (no veo acuerdos, veo muchas ganas de imponer un nuevo líder), ni un conejo de la chistera ideológico.

¿Candidatos? Me duele descabalgar a la gente, es algo que he criticado mucho, porque es un vicio muy extendido en el PSOE. Todos los "barones" pueden ser válidos, pero en todos los casos, acaban de iniciar tareas de gobierno en sus territorios y apenas cuentan con más bagaje que el apoyo de sus regiones, la ilusión y una nueva renovación.

No, repito, debemos mirar hacia adelante y confiar en lo que tenemos, por lo menos hasta que se despeje la investidura y el gobierno del color que sea eche a andar.

Con más calma, a ver si echo un vistazo al panorama general. Pero ya avanzo que pasar de 0 a 40 o a 42+27 tampoco suena tan maravilloso.

Un saludo a todos

Jesús

1 comentario:

  1. Querido Jesús: esperaba tu análisis. Aquí estoy leyéndote como siempre. Esperaré impaciente tus nuevas entradas y espero poder verte en persona en 2016. Un fuerte abrazo y ánimo. RUFINO

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