jueves, 16 de octubre de 2014

Sobre la desigualdad (mi aportación al blog action day 2014)


Qué bonito. Hoy vuelvo a sumarme al blog action day y toca escribir sobre la desigualdad. Como si fuera fácil. Un par de generalidades y tira millas. 

Pero no, nuestra amada crisis ha conseguido algo que para muchos que se dicen liberales, era el gran objetivo. Sálvese quien pueda. Eso es lo que está triunfando hoy en día. Es quizá este momento histórico, el propicio para la protección del desfavorecido. Que aquel que pueda aportar a la sociedad desde la humildad o, yendo más allá, desde la pobreza extrema, sea apoyado.

Pero no. Ante esta crisis, mi gobierno y otros muchos lo único que aportan son peajes y dificultades. Nos venden que de esa forma el estado se fortalecerá, que las políticas de austeridad son una revisión y un abandono de los lastres y el despilfarro, pero la realidad es que los medios obtenidos de ese ahorro, apenas se reinvierten en la corrección de desigualdades.

Podría escribir demasiadas líneas sobre la sanidad o la educación. Pero la realidad es que el servicio público en su conjunto, que por definición, debe proteger y salvaguardar las oportunidades de los más humildes (lo siento, me jode sobremanera asumir la pobreza y además ceñirme a los desamparados, a los de la calle, cuando se está machacando a clases empobrecidas, bajas y medias). 

Y ante eso, como justificación, aparecen expresiones de desdén en los adalides de la austeridad, como el regalo a aquellos que no se lo ganan, el café gratis (expresión de aquel que resulta que tenía una tarjeta negra...), fábrica de vagos, etc.

Tengo miedo. A veces me pongo a recordar esas películas futuristas, como Juez Dredd que muestran las ciudades como guetos amurallados, que expulsan los desfavorecidos fuera de esos muros. Reductos de riqueza selectos. Tal vez... no, seguro. La valla de Ceuta y Melilla y las expulsiones en caliente... África.

Nuestra sociedad se ha forjado de una manera. Con mayor o menor suerte, ha atajado ciertos problemas, nos queda mucho por andar y por investigar y por pulir. Frente a eso hoy se propone la amortización, la voladura, la destrucción de ese sistema, el del bienestar y a toda prisa. Como si fuera el causante de todo lo que se nos desvela y lo que es peor, como si fuera esa demolición, por si sola, el antídoto contra esa corrupción.

Y yo pienso, que eso es andar hacia atrás... que nos olvidamos de conseguir que lleguen arriba todos los puedan... Lo sustituimos por una vaga idea de eficiencia total, que sabe Dios cuando llegará. Y lo que me ofrece más dudas, para quién.

De momento para acabar con la desigualdad muros más altos, sanidad y educación más caras y más obstáculos en el acceso a los derechos. Y lo peor, ninguna capacidad aparente en los que gobiernan para escuchar al desfavorecido.

En fin, un tema aparente muy genérico, que me temo es demasiado concreto.

Un abrazo

Jesús (a.k.a. Abu)

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