Hace unos días, gracias al Blog Action
Day, me animé a hacer bandera por los Derechos Humanos. Y ciertamente
hoy hago bandera del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Es un orgullo
que Europa tenga una institución que se dedique a su salvaguardia en
exclusiva. Y así debe seguir, por encima de movimientos partidistas o
giros sociales o lo que venga...
Quede claro que no me he alegrado. No puedo olvidar todo el mal que han causado aquellos que se van a beneficiar de esta sentencia. Me gustaría que volvieran a sus casas, por cierto con media vida desperdiciada en celdas de recintos penitenciarios, al menos con una sensación de tiempo perdido y de cierto arrepentimiento, pero en algunos o muchos casos no será así.
Pero tampoco ese es el objeto de esta sentencia, que en ningún caso discute los merecimientos de los potenciales excarcelados. Tampoco creo que el tribunal quiera violentar los sentimientos de las víctimas. Simplemente se trata, repito, de aplicar la ley.
Y ahora vienen los voceros, los apocalípticos y ciertas asociaciones, como por ejemplo la AVT. Y el partido en el gobierno. El PP los alentó, les dio base, les dio sustento y les dio imagen pública... los creció. Y es el PP y el Gobierno el que tiene que recordar que la ley está para cumplirla, no para quejarse, que los tratados internacionales, especialmente en Derechos Humanos, no son algo lejano que nos imponen sin conocimiento de la realidad, sino el compromiso que nuestro estado ha firmado con otros para que se respete y se considere a todo el mundo por igual, cotidianamente. Lo último es ver carteles y escuchar insultos cuando los miembros del PP se han juntado con la multitud, pues está claro que los consideran unos traidores.
"No cumplir la sentencia" es lo que más se oye en esos medios, o "no forma parte de nuestro derecho", o "¿quién es esta gente?", "pues abandonamos esa convención"... como si fuera un derecho a la carta. Me pregunto si todas estas disquisiciones, se hacen desde la ignorancia (improbable, aunque no descartable, muchas veces algunos de estos periodistas parecen ser seleccionados por el nivel de grito) o desde la irresponsabilidad y la mentira, con objeto de manipular a las masas y crear un estado de opinión cuasigolpista.
También quiero recordar, que lo que subyace de todo esto es un desdén por la justicia. Se pueden criticar las sentencias, se pueden lamentar, incluso se pueden condenar... pero veo en ciertos sectores ese perpetuo "si me vale, está bien y si no, son unos rojos que...". Hace un par de días veía a Isabel San Sebastián, negar a Luis López Guerra su condición profesional de magistrado (ver la breve reseña en la wikipedia) y se empeñaba en rebajarle a mero militante socialista, por supuestamente, haber convencido a los tropecientos jueces de ese tribunal, los 17 de la gran sala y, por supuesto, a los otros tantos que formaban parte de la primera instancia. Y al frente Zapatero, que con siete años de antelación (no sé si en un gesto de vista política o de lentitud supina) se comprometió en la negociación a acabar con la doctrina Parot, que por cierto, en ningún momento discutió ni antes ni después de ser presidente.
Pero tampoco ese es el objeto de esta sentencia, que en ningún caso discute los merecimientos de los potenciales excarcelados. Tampoco creo que el tribunal quiera violentar los sentimientos de las víctimas. Simplemente se trata, repito, de aplicar la ley.
Y ahora vienen los voceros, los apocalípticos y ciertas asociaciones, como por ejemplo la AVT. Y el partido en el gobierno. El PP los alentó, les dio base, les dio sustento y les dio imagen pública... los creció. Y es el PP y el Gobierno el que tiene que recordar que la ley está para cumplirla, no para quejarse, que los tratados internacionales, especialmente en Derechos Humanos, no son algo lejano que nos imponen sin conocimiento de la realidad, sino el compromiso que nuestro estado ha firmado con otros para que se respete y se considere a todo el mundo por igual, cotidianamente. Lo último es ver carteles y escuchar insultos cuando los miembros del PP se han juntado con la multitud, pues está claro que los consideran unos traidores.
"No cumplir la sentencia" es lo que más se oye en esos medios, o "no forma parte de nuestro derecho", o "¿quién es esta gente?", "pues abandonamos esa convención"... como si fuera un derecho a la carta. Me pregunto si todas estas disquisiciones, se hacen desde la ignorancia (improbable, aunque no descartable, muchas veces algunos de estos periodistas parecen ser seleccionados por el nivel de grito) o desde la irresponsabilidad y la mentira, con objeto de manipular a las masas y crear un estado de opinión cuasigolpista.
También quiero recordar, que lo que subyace de todo esto es un desdén por la justicia. Se pueden criticar las sentencias, se pueden lamentar, incluso se pueden condenar... pero veo en ciertos sectores ese perpetuo "si me vale, está bien y si no, son unos rojos que...". Hace un par de días veía a Isabel San Sebastián, negar a Luis López Guerra su condición profesional de magistrado (ver la breve reseña en la wikipedia) y se empeñaba en rebajarle a mero militante socialista, por supuestamente, haber convencido a los tropecientos jueces de ese tribunal, los 17 de la gran sala y, por supuesto, a los otros tantos que formaban parte de la primera instancia. Y al frente Zapatero, que con siete años de antelación (no sé si en un gesto de vista política o de lentitud supina) se comprometió en la negociación a acabar con la doctrina Parot, que por cierto, en ningún momento discutió ni antes ni después de ser presidente.
Sobre las penas cumplidas o por cumplir, que también se ha comentado, es cierto, los etarras y sus cientos de cadáveres se equiparan a los asesinos comunes que han matado puntualmente. Siempre tendremos la impresión de que el castigo es inferior a lo merecido, no obstante dudo mucho que a los etarras que están siendo encarcelados, salgan arrepentidos o no, den por bueno, perder la mitad de sus vidas en una o varias cárceles. Dicen que la vida es corta, pero desde luego, encerrado en una cárcel, dudo mucho que se disfrute. La mayoría de ellos entraron jóvenes y están saliendo bastante ajados.
Por último, me sigue haciendo gracia la demanda de arrepentimiento. Aquello que tanto lamentan estos sectores cuando no lo hay, pero que tampoco es bien recibido ni valorado cuando sí se manifiesta.
¿Solución? Que nos acordemos del estado de derecho, que la justicia va más allá del ojo por ojo, que la democracia tiene que ganar al terrorismo, pero que fuera de eso hay personas y tiene que haber una convivencia. Lo triste es que tengan que venir a decírnoslo desde Estrasburgo y no entendamos la lección.
Un saludo
Jesús (a.k.a. Abu)