jueves, 15 de diciembre de 2011

Alcorcón: O como no dar la cara

Mucho se ha quejado el antiguo portavoz del Grupo Parlamentario Popular en la Asamblea de Madrid y ahora Alcalde de Alcorcón de la herencia recibida del anterior Alcalde Enrique Cascallana. Cada poco tiempo aparece con algún golpe de efecto apocalíptico, con un sonoro despilfarro, con las malas artes de los socialistas, y basado una auditoría que se anuncia a todas horas y que nunca llega (la amenaza basta).

Pero no, esta noche no toca escribir sobre grandes números y grandes obras. Hoy toca lo personal, lo cercano, quizá lo más egoista: La educación de mis hijos. Cuando tuvimos que buscar una "guarde" para Mario se nos echó el tiempo encima y se nos acabó el plazo de oferta pública y nos fuimos a lo primero que encontramos. Al año siguiente sí que hicimos la solicitud en tiempo y forma para una guardería pública... bueno, de titularidad pública. Y en medio de las vacaciones, andábamos camino de Oviedo, me sonó el móvil.

La escuela infantil Campanilla era lo que buscábamos. Todo amplitud e instalaciones. Pero lo mejor estaba por llegar. Una plantilla joven e implicada. Allí ha estado Mario dos años y allí pasa su segundo año Lucía. Soraya, Rosa, Elenca, Pablo, la dire... poco he podido acercarme a verles, pocas veces he recogido a mis hijos o he participado en las actividades, pero no me engaño: Son mis hijos, los más guapos y los más listos, pero gracias a todos los Profesionales de ese centro sé que son mejores.

Ayer supimos que el Ayuntamiento no paga. Que esos profesionales llevan meses sin cobrar una nómina completa. Y sobre todo que el tiempo se acaba. El ERE está servido tras las fiestas. Y la Corporación actual sigue denunciando, pero no se entretiene en dar soluciones a escuelas infantiles. La educación está garantizada, nos dicen, aunque los profesionales que se han ganado un respeto y una reputación por su trabajo se vayan al paro.

Pero no, los recortes de derechos fundamentales no van con el nuevo gobierno y con las nuevas esperanzas. ¿No hay dinero o es que es preferible asfixiar a una organización y darle la contrata a otra? Campanilla no es una guardería, es una escuela. ¿Quién me garantiza la continuidad del trabajo y de la formación? ¿Vd sr. Pérez? ¿Quizá la sra. Aguirre? ¿O tal vez el flamante presidente electo sr.Rajoy?

Mucho que demostrar, pero no sólo en los grandes números... No todo es eficiencia económica.

Un saludo

Jesús (Abu)

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