En su momento, cuando dejó la presidencia, Felipe González se refirió a las tertulias que por entonces poblaban la Cope, tan mordaces con él como un tiro de arcabuz en plena cara. Siempre he pensado obviamente que iban más allá de la crítica. Se trataba de evitar, como fuera, la n-ésima reelección y todo valía, claro. Los GAL, la corrupción de este y aquel, la crisis del momento, el cumplimiento de la convergencia europea…
En estos tiempos que corren, el que escribe llora cuando se mueve de los canales nacionales (su emisión, que no su contenido, no necesariamente) de la TDT a eso de la hora de cenar. Tras bañar a los enanetes, me siento y… por obra y gracia de Doña Esperanza y, me imagino, por falta de medios o derechos de emisión de series o películas o bien falta de ganas de hacer competencia a las cadenas nacionales, Intereconomía, Veo 7, Libertad Digital, Popular TV y en ocasiones 8Madrid programan tertulias políticas en las que si aparece algún representante (no siempre) de la izquierda es para ser vilipendiado y atropellado.
Es obvio que la crisis está ahí, pero también hay mucho tiempo hasta las próximas generales. La carne está en el asador, no sea que ZP encauce alguna solución y el PSOE se acerque al PP en las encuestas. Las salidas de tono, los insultos y las mofas aparecen con facilidad. España se rompe y es la vergüenza del mundo entero, es el resumen más sencillo pero más ajustado. Con eso y con todo, reconozco que el problema no es suyo. Les han dado la licencia y a partir de ahí, libre empresa… no hay más que hablar.
De esta iniciativa privada fomentada por el actual gobierno regional, por supuesto quitamos a Telemadrid. A día de hoy, con los impuestos de todos en nuestra comunidad pagamos un panfleto. Algunos lo comparan con los informativos de TVE. No pongo en duda que sea posible (no me he puesto a medirlo) que se dé más bola al gobierno, pero en los informativos de TVE no veo mofas como las que el equipo de Ana Samboal hace en el informativo nocturno de Telemadrid. Evidentemente pueden pronunciarse críticamente, pero un medio público pagado por todos no puede permitir que sus profesionales lo hagan de un modo tan exagerado y en ocasiones grosero.
Por último, para cerrar el círculo la fusión de Telecinco con Cuatro, nos priva de CNN+ y de un punto de vista alternativo en su programación a todo este elenco girado al “lado único y correcto”. No sé si el problema está en Prisa, el Telecinco, el Tribunal de Defensa de la Competencia o el Sursum Cordam, pero huérfanos nos quedamos. Dirigidos por obligación al pensamiento único.
La objetividad siempre es un horizonte, me conformo con el pluralismo, pero eso en la tele del TDT es un sueño.
Un saludo
Jesús (a.k.a. Abu)